Sirvió, y tomamos al unísono, golpeamos la barra con los shots, sirvió otra vez y otra vez tomamos, y a la tercera páramos, nos vimos y tiramos a nuestras espaldas los shots. Nos besamos con furia, desorden y urgencia, era más pasión y descontrol, que un encuentro romántico, no había reglas, cogíamos y punto.